En última instancia, la eficacia de las políticas sociales se juega en el territorio. Para ello se requieren mecanismos verticales de articulación y coordinación entre los diversos actores que participan en su diseño e implementación. Al respecto, la ARDSI plantea entre sus líneas de acción: “fortalecer los mecanismos de coordinación vertical entre los distintos niveles de gobierno para evitar las duplicidades, favorecer sinergias, profundizar los procesos de descentralización y desarrollo local, reforzar las capacidades técnicas y de información en todos los niveles de gobierno e incrementar la apropiación territorial de las políticas de desarrollo social”. Así, para el éxito de los planes y programas se requiere la interacción entre los distintos niveles de gobierno, lo que incluye a diversos sectores, en especial a nivel de los estados, departamentos, provincias y municipios, así como con organizaciones sociales y actores de la comunidad. Esta configuración depende de las características de cada territorio y sus habitantes, lo que demanda adaptabilidad y coherencia.
Comentarios
Las dinámicas del territorio cambian constantemente, en especial en tiempos de crisis como, por ejemplo, ante el COVID-19. Esto requiere de las políticas y programas sociales la invención de nuevos mecanismos de implementación y coordinación en los territorios, la incorporación de nuevos actores, el desempeño de nuevas funciones y la identificación de nuevos grupos de población.
Actualmente, ¿cuáles han sido en su país los desafíos más apremiantes en términos de coordinación vertical?, ¿qué oportunidades pueden identificarse para mejorar el desempeño de los programas en los territorios?